Este 26 de enero celebramos el Día Internacional de la Energía Limpia, una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y los desafíos que enfrentamos en la transición energética.
- Evolución del concepto de energía limpia. El término «energía limpia» ha evolucionado significativamente desde su origen en los años 60:
- 1960s: Surge como alternativa a combustibles fósiles y fisión nuclear
- 1970s: Se enfoca en soluciones no relacionadas con combustibles fósiles tradicionales
- Siglo XXI: Gana protagonismo en campañas ambientales y políticas energéticas
Hoy, la energía limpia se define principalmente por su bajo impacto ambiental y ausencia de emisiones de gases de efecto invernadero.
- El caso de Asturias: Un ejemplo de transición energética. La transformación del sistema energético asturiano ilustra los retos y oportunidades de la transición hacia energías limpias:
- Cierre de minas y centrales térmicas de carbón
- Gasificación parcial de la economía
- Desarrollo de energías renovables (eólica, hidráulica, biomasa)
- Desafíos en la implementación de energía solar
- Avances y desafíos en la transición energética. Según el Observatorio de Transición Justa de Asturias:
- 5.9% de la energía final consumida es renovable
- 22,8% en el sector eléctrico es renovable
- Las renovables superan 1.500 MW de potencia instalada
- El gas natural mantiene un papel crucial como respaldo del sistema eléctrico (866 MW)
- El carbón, aunque presente (1.333 MW), tiene un rol testimonial
- Retos en la descarbonización industrial. La transición fuera del sector eléctrico avanza más lentamente, especialmente en industrias como la siderurgia. Los desafíos incluyen:
- Complejidad técnica de la descarbonización
- Impacto en la competitividad empresarial
- Incertidumbre en la elección de tecnologías (hidrógeno vs. captura de CO2)
- Fluctuaciones en las inversiones y emisiones
- Factores externos condicionan la transición energética. El cambio del modelo energético depende de factores geopolíticos, tecnológicos, económicos, financieros y sociales que condicionan la velocidad con la que produce el cambio:
- La llegada de Trump al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica (USA) introduce una inseguridad legislativa en el sector energético:
- Las fuentes fósiles verán eliminadas barreras para su crecimiento a corto plazo, lo que potencialmente atraerá inversores al sector.
- La posibilidad de introducir aranceles en el comercio con China puede afectar al movimiento de materias primas críticas esenciales para la fabricación de componentes electrónicos y otros equipos esenciales en la industria de renovables.
- La posibilidad de que sean modificados programas de ayuda pública vigentes hasta el momento para el desarrollo de renovables puede afectar la ejecución de inversiones y la búsqueda de nuevos sectores o de nuevos territorios como inversión objetivo.
- Las limitaciones tecnológicas en materia de hidrógeno, almacenamiento de energía (estacionarios y móviles) y garantía de la continuidad de suministro van a condicionar el desarrollo de inversiones en renovables.
- La competitividad se ha colocado como eje clave en la política europea, que va a ser puesta a prueba ante el empuje y supremacía de China y de USA en la industria del coche eléctrico, la generación de energía y el desarrollo de redes energéticas (electricidad, gas natural, hidrógeno y CO2).
- La concentración de capital condiciona las posibilidades de desarrollo industrial de algunos sectores, a la par que configuran un escenario poco atractivo para las inversiones: largos períodos de retorno de la rentabilidad, riesgo de inversiones por la influencia de terceros (países y grandes empresas), poco margen financiero, riesgo de intervención de gobiernos ante presencia en un sector estratégico.
- Finalmente la sociedad ha ido sufriendo una polarización sobre las renovables, acompañado de un fenómeno de individualismo que provoca un movimiento de rechazo generalizado a toda inversión que se conoce como BANANA («build absolutely nothing anywhere near anything or «anyone»).
En definitiva, la transición hacia energías limpias es un proceso complejo pero necesario. ¿Cómo podemos acelerar este cambio de manera justa y eficiente? ¿Qué papel juegan las empresas, los gobiernos y la sociedad en este proceso? Compartamos ideas para construir un futuro energético más sostenible a través del Observatorio de Transición Justa de Asturias (www.otja.es).
